I. Los orígenes

LA FAMILIA ARAMENDÍA Y BOLEA

Félix Aramendía y Bolea nació el 20 de noviembre de 1856, a la una de la madrugada, en la villa de Marcilla (Navarra). Fue bautizado ese mismo día en la parroquia de San Bartolomé por D. Agustín Irigoyen, que era el vicario, siendo padrino su abuelo paterno, D. Martín Aramendía. No consta en la partida de bautismo quién fue su madrina1. En aquella época los abuelos y las tías reclamaban siempre ser los padrinos, sobre todo en el caso de los primogénitos. Mientras en Tafalla y Aoiz se daba prioridad a los abuelos maternos, en Falces eran los abuelos paternos los que parecían tener ese privilegio2. Parece, por lo tanto, que en Marcilla se seguía la tradición de Falces y podemos suponer que la madrina sería Dª. Joaquina Apesteguía.

El padre de Félix, D. Eugenio Aramendía, era natural de Valtierra y su madre, Dª. Gerónima, procedía de Marcilla. D. Martín, el abuelo paterno, era del lugar de Zábal, en Tierra Estella, y su esposa, Dª. Joaquina Apesteguía, había nacido en Cirauqui. Su abuelo materno, D. José Bolea, que no llegó a conocer a su nieto, había estado casado con Dª. Benita Caballero y ambos eran naturales de Marcilla. Parece, por tanto, que la familia de su madre estaba asentada en Marcilla, al menos desde dos generaciones anteriores. No así los Aramendía que se trasladaron de Zábal y Cirauqui a Valtierra; y de Valtierra a Marcilla.

Zábal es un lugar del valle de Yerri, a cuyo Ayuntamiento pertenece, y a mediados del siglo XIX tenía 43 casas en las que vivían 5 vecinos y 64 almas3. La villa de Cirauqui en aquella época, tenía el Ayuntamiento con
el valle de Mañeru. Madoz la describe “situada en una altura descubierta a todos los vientos, con clima templado, aunque más propenso al frío; padeciéndose a veces calenturas inflamatorias, pulmonares, pleuresías, reumatismos, inflamaciones de estómago y de los intestinos, cólicos y catarros pulmonares”. En ese lugar, que el corresponsal de Madoz describe de forma tan poco acogedora, vivían en 264 casas, 296 vecinos y 1.711 almas, que tenían una riqueza de 671.179 reales4. En Valtierra, de clima saludable, aunque se padecían fiebres intermitentes, vivían según la misma fuente5, 254 vecinos y 1.484 almas en 235 casas, y su riqueza era de 559.740 reales.

Marcilla, en la que también se padecían fiebres intermitentes, contaba con 120 casas, que formaban 7 calles y 4 plazas, y disponía de casa municipal y de cárcel. En el palacio del Marqués de Falces, señor del lugar, se conservaba todavía una coraza, una celada y un vestido de fierro del condestable de Peralta, que era célebre, además de por sus heroicas hazañas, por haber asesinado, en 1469, en Tafalla, al Obispo Echavarri de Pamplona. La población de Marcilla era de 120 vecinos y 685 almas, y su riqueza de 245.980 reales6.

No sabemos cuál era la ocupación del padre del recién nacido Félix. La familia Aramendía cree que era agricultor, aunque no lo afirma con certeza. Si se tiene en cuenta cómo era la Navarra de mediados del siglo XIX7, esa ocupación es la más probable. En 1857, año en el que comienzan los censos modernos en España, la población de Navarra era de 297.442 habitantes de los que sólo el 17 por ciento vivía en las cabeceras de merindad, entre ellos los 23.000 que residían en Pamplona.

Durante el siglo XIX la agricultura era el trabajo de la mayoría de los navarros y tenía lugar en condiciones tradicionales y duras. Se cultivaban cereales, que eran la base del sustento de la población. A principios del siglo XIX se había incorporado el cultivo de la patata y aumentado la

extensión de los viñedos, pero las innovaciones en los cultivos no aparecieron hasta finales de la centuria. En Navarra apenas había actividad industrial, salvo talleres artesanales cuyas técnicas eran las propias del siglo XVIII. La producción agrícola e industrial se reducía a la necesaria para el autoabastecimiento. Las industrias más destacadas eran 17 ferrerías en la Navarra Nororiental y varios talleres textiles, entre ellos una fábrica de boinas en Estella. Gran parte de la escasa industria relacionada con el ferrocarril, madera y química se concentraba en Pamplona.

Marcilla no tenía industria, salvo un molino de harina y cuatro de aceite. El comercio se reducía a una tienda de mercaderías y dos confiterías. Se celebraba una feria muy concurrida entre el 29 de septiembre y el 8 de octubre, en la que se traficaba con ganado y caballerías8. Los Aramendía no eran ni comerciantes, ni ganaderos, ni molineros, por lo que tenemos que concluir que su medio de vida era la agricultura.