Félix Aramendía fue una personalidad de la medicina española de finales del Siglo XIX. A pesar que murió en plena juventud (falleció a los 37 años) fue catedrático de las Universidades de Granada, Zaragoza y Central (Madrid). La madurez de Félix Aramendía tuvo lugar en Zaragoza, donde ejerció la medicina, fue catedrático de la Facultad, académico, directivo del Ateneo y diputado y vicepresidente de la Diputación Provincial.
El mismo año que Félix Aramendía obtuvo la condición de catedrático en Granada se trasladó a la Facultad de Zaragoza, donde ocupó la Cátedra de Anatomía y más tarde la de Patología Médica. También fue secretario de la Institución y uno de los activos promotores del nuevo edificio de las Facultades de Medicina y Ciencias, hoy Paraninfo de la Universidad de la capital aragonesa.
Durante su estancia en la ciudad del Ebro se distinguió en la epidemia de cólera de 1885, cuando publicó un trabajo sobre el tratamiento de la enfermedad, asesoró a las autoridades en las disposiciones que debían adoptarse para combatir la epidemia y viajó comisionado a Valencia para estudiar la vacunación de Ferrán. También atendió de forma gratuita a los enfermos que no podían afrontar los gastos de atención médica. Por todos esos servicios fue propuesto para la Cruz de Epidemias y la Diputación Provincial le mostró de forma oficial su gratitud con un Diploma que conserva la familia Aramendía.
Félix Aramendía a pesar que murió en plena juventud fue catedrático de las Universidades de Granada, Zaragoza y Central (Madrid).
Felíx Aramendía fue una personalidad en la vida social y cultural de Zaragoza. Como directivo del Ateneo fue responsable de la Sección de Ciencias Naturales y participó activamente en sus debates, como en uno muy sonado sobre si debía reglamentarse o no el ejercicio de la prostitución. El se mostraba favorable a esta medida, como una vía para ayudar a las verdaderas víctimas, las mujeres, e impedir la propagación de enfermedades.
Como diputado provincial fue Vicepresidente de la Sección de Beneficencia, donde impulsó medidas para mejorar la atención sanitaria en el Hospital Nuestra Señora de Gracia y en el Manicomio. Como muestra de esas actividades pueden citarse el reglamento de practicantes del hospital o sus gestiones para defender la contratación de médicos psiquiatras que dirigieran el nuevo Manicomio e introdujeran la ciencia en la asistencia a los enfermos.
Real Academia de Medicina de Zaragoza
Su participación en la Real Academia de Medicina de Zaragoza tampoco pasó inadvertida. Fue su secretario y de esa época nos han quedado las memorias de la Corporación Académica, que nos indican que la vida de la institución era muy intensa. A diferencia de lo que ocurre hoy en día la Academia era una organización que asesoraba a las autoridades municipales, gobernativas y judiciales.
En 1891 obtuvo la Cátedra de Clínica Médica de la Universidad Central de Madrid. Ser Catedrático de Clínica Médica de San Carlos era la cima de la profesión, que Aramendia alcanzó a la edad de 34 años, después de publicar su primer libro, numerosos artículos en revistas profesionales, ser Secretario de la Academia de Medicina y diputado provincial de Zaragoza.
Producción científica
Se puede conocer a través de sus trabajos en “La Clínica”, revista profesional aragonesa, donde era responsable de redactar una recensión de los principales artículos publicados en otras revistas y de dar cuenta de las actividades de academias, ateneos y otras asociaciones profesionales.
Más importante fue la publicación del libro “Estudios fundamentales de Patología Médica” que recoge su pensamiento sobre la Patología General y propone una clasificación de las enfermedades basada en su localización anatómica, clasificación distinta de las entonces defendidas por otros autores.
Ya en Madrid publicó sus “Lecciones de Clínica Médica” con un contenido muy práctico y dirigido a sus alumnos de San Carlos. Estas Lecciones de Clínica muestran a un profesor, acostumbrado a la cátedra y al corriente de los avances en patología infecciosa e inmunidad. Félix Aramendia falleció cuando escribía este libro, que fue publicado después de su muerte.
Félix Aramendía era un hombre de oratoria brillante, trabajador incansable y de carácter afable. Entregado con entusiasmo a la profesión y a la universidad.
Murió a los 37 años en Madrid, como consecuencia de una neumonía. Su capilla ardiente se instaló en la Facultad y después fue trasladado a Zaragoza, donde su fallecimiento conmocionó a la ciudad. Todos los periódicos de la ciudad dedicaron extensos artículos a informar del fallecimiento y de las exequias, que se celebraron en la capilla del Hospital Nuestra Señora de Gracia y en la Facultad de Medicina. Más de cuarenta carretelas formaban el cortejo fúnebre al que asistieron las autoridades académicas, locales y provinciales así como las personalidades de la vida cultural y social de la ciudad.
Sus paisanos de Marcilla le dedicaron una calle, que todavía existe con ese nombre.
"FELÍX ARAMENDÍA (1856-1894) Y LA PATOLOGÍA Y CLÍNICA MÉDICAS"
por Javier Carnicero Giménez de Azcárate. Doctor en Medicina
